La última guía a benditas almas del purgatorio

La última guía a benditas almas del purgatorio

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Perdona nuestras ofensas como incluso nosotros perdonamos a los que nos ofenden: Te ruego, buenísimo Padre, perdona a las pobres almas del purgatorio todas las deudas que ellas han asumido con los siete pecados capitales, y sobre todo porque no han amado a sus enemigos y no han querido perdonarlos.

Por ello, las personas consagradas al Señor con la profesión religiosa deben guardar atentamente cada una de sus palabras, cada una de sus acciones y pensamientos, para no decidir un día afectadas por la severa Honradez de Jehová.

Oración de Cubrimiento "Me coloco en la presencia de Jesucristo y me someto a su señorio Me pongo la armadura de Altísimo, para que en el dia malo, pueda resistir y permanecer firme a pesar de todo.

Todo esto fue ejecutado por la Santa con permiso de la superiora; sin embargo, sus sufrimientos aumentaban tanto que la debilitaban horriblemente y no le permitían luego descansar; y como la obediencia la había obligado a permanecer en cama para recuperar fuerzas, esa alma se le acercó nuevamente y, reprochándole su pereza y sus comodidades, le mostró el lecho de fuego en el que ella yacía en el Purgatorio, un lecho horrible y tormentoso, sobre el cual cada descuido más ligera contra la regla Bancal castigada severamente con un castigo especial; y añadía:

Una de las misiones más importantes del sacerdote sin duda es ser en la tierra el ministro de la oración de la Iglesia. Mientras que los hombres de este siglo se ocupan de sus labores y casi nada se conforman con un breve remembranza elevado a Alá por la mañana y por la Incertidumbre, el sacerdote, como un nuevo Moisés en el monte santo, eleva su pensamiento y su corazón al cielo siete veces al día, para que la dicha de Alá descienda animas benditas para pedir un favor abundantemente sobre el pueblo predilecto.

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Altísimo desea ayudarlos y desea mucho tenerlos cerca suyo en el Paraíso. Ausencia le place más a Alá que les ayudemos. El está tan agradecido como si le ayudáramos a El.

Las ánimas benditas pueden ayudarnos a conectar con nuestra intuición, a encontrar nuestra verdadera inclinación y a descubrir nuestros dones y talentos. Estas criaturas aún nos ayudan a liberarnos de los miedos y bloqueos que nos impiden avanzar en nuestra vida.

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“En nuestra Prioría de Santo Vicente en Latrobe, el 18 de septiembre de 1859, un novicio vio aparecer a un religioso que desde ese día hasta el 19 de noviembre se presentó regularmente de once de la mañana a mediodía, o de medianoche a las dos de la mañana. El 19 de dicho mes, al ser interrogado el espíritu por el novicio en presencia de otro religioso de la comunidad, respondió que llevaba setenta y siete años penando por no ocurrir cumplido con el deber de celebrar siete Misas; que había aparecido en diferentes ocasiones a otros siete benedictinos de ese monasterio sin que nunca lo hubieran comprendido, y que si el mencionado novicio no hubiera acudido en su ayuda, no habría tenido la concesión de aparecer nuevamente hasta En el interior de merienda primaveras. Por lo tanto, solicitaba que se celebraran las siete Misas, que el novicio hiciera ejercicios espirituales durante siete díFigura y mantuviera un consumado mudez, y que durante treinta díTriunfador recitara tres veces al día el Salmo Miserere con los pies descalzos y los brazos abiertos.

Estas almas son seres especiales, llenos de amor y bondad, y nosotros les pedimos que nos ayuden a conseguir aquello que deseamos. Esta oración es una forma de honrar a estas almas y de pedirles su ayuda para conseguir nuestros deseos.

Pero en medio hay una tercera posibilidad: la de quien muera en amistad con Altísimo, pero todavía con apegos e imperfecciones que deba purificar, y culpas que deba expiar.

Al esperar en que las ánimas benditas están dispuestas a ayudarnos en respuesta a nuestra devoción sincera, fortalecemos nuestro vínculo espiritual con ellos y nos abrimos a admitir las gracias que necesitamos.

Al orar a las Ánimas Benditas del Purgatorio, se hace con un corazón sincero, pidiendo su intervención para liderar al orante por el camino correcto, proporcionándole la fortaleza para carear las dificultades de la vida y mantenerse fiel a sus principios y valores.